Uno de los procedimientos de cirugía plástica más frecuentes en nuestra población es la cirugía de reducción mamaria o mamoplastia de reducción. Dicho procedimiento busca rejuvenecer el aspecto de los senos, devolviéndoles a sus dimensiones y posición óptimas. Aunque es evidente el beneficio estético de esta intervención, muchas de nuestras pacientes nos consultan por sus potenciales beneficios médicos.
Con la edad y los embarazos, o bien por las características personales de la paciente, las mamas pueden desarrollar un volumen y peso excesivos. En casos extremos, dicho peso constante y su particular localización pueden acarrear con el paso de los años una sobrecarga en la musculatura cervical y dorsal, con las consiguientes consecuencias sobre el bienestar de la paciente.
Entre otros, se ha descrito que las mamas excesivamente voluminosas pueden dar lugar a los siguientes síntomas:
– Dolor de espalda
– Dolor de cuello
– Dolor mamario
– Dolor de cabeza
– Disminución de la capacidad para hacer ejercicio
– Entumecimiento de las manos
Por supuesto, a estos síntomas físicos, ya de por sí importantes, hay que añadir el deterioro del bienestar psicológico de la paciente que puede suponer la limitación en sus actividades diarias que esta condición y la presencia de dolores constantes acarrean.
En el caso de que una persona sufra dolor y síntomas importantes asociadas a unas mamas voluminosas, la cirugía de reducción mamaria puede solucionar o aliviar estas molestias actuando sobre su causa y mejorando de forma marcada la calidad de vida de dichas pacientes. Además, a esto hay que añadir los beneficios psicológicos que acarrean la mejora en el aspecto y autoestima de la paciente.