Resolvemos tus dudas sobre el postoperatorio
La rinoplastia o cirugía de la nariz es una de las intervenciones más comunes dentro del campo de la cirugía plástica. Tiene una función tanto estética, buscando mejorar el aspecto externo de la nariz del paciente, como funcional, dado que ayuda a la respiración al mejorar la ventilación nasal, pudiendo tratar las deformidades del tabique nasal que entorpecen el flujo del aire. Todas las intervenciones tienen una duda, y es cómo es el postoperatorio tras la cirugía.
Si usted decide someterse a una rinoplastia, es importante que conozca cómo va a ser el postoperatorio, puesto que va a notar una serie de molestias que pueden alarmarle.
¿Cómo saldré del quirófano?
Nada más salir del quirófano, lo que más le llamará la atención serán dos factores. Por un lado, llevará una férula que le tapará la nariz. Dicha férula tiene una función fundamental: Protege su nariz de golpes, evita el edema excesivo y, en caso de que le hayan remodelado los huesos de la nariz, los mantiene inmovilizados. Dicha férula deberá llevarse durante un periodo de una semana a diez días tras la intervención, por lo que muchas personas deciden minimizar las relaciones sociales durante este periodo.
En segundo lugar, llevará dos tapones en la nariz, que le obligarán a respirar por la boca. Aunque en los primeros momentos esto puede resultarle molesto, pronto se acostumbrará a ellos. Dichos tapones se podrán retirar a los pocos días de la intervención.
¿Qué molestias notaré en los primeros días?
Durante las primeras 24 horas es normal que note como la zona central de su cara se inflama progresivamente. Incluso podría notar que aparecen hematomas alrededor de sus ojos. A esta inflamación progresiva se puede sumar dolor en la zona intervenida, así como dolor de cabeza. Así mismo, es normal que note pequeños sangrados a través de los orificios de la nariz.
Su cirujano plástico le va a recetar antiinflamatorios y analgésicos que le ayuden a pasar los primeros días. Es importante, además, que cuando esté tumbado mantenga la cabeza elevada (poniendo dos almohadas, por ejemplo), para ayudar a disminuir la inflamación. Asimismo, debe evitar los esfuerzos, que podrían producir sangrado, y los golpes en la zona de la nariz. Tenga en cuenta que los huesos nasales deben consolidar y es posible que un golpe altere el proceso.
A partir del cuarto día, aproximadamente, notará como la inflamación va disminuyendo. En caso de que le hayan aparecido hematomas alrededor de los ojos, estos se reabsorberán, eliminándose completamente al cabo de unos diez días. Una vez retirada la férula y el taponamiento nasal, es probable que note una mejoría muy marcada en la ventilación nasal con respecto a antes de la intervención.