El aumento de pecho o mamoplastia de aumento es uno de los procedimientos de cirugía estética mamaria más comunes y que se realizan en pacientes más jóvenes.
Es por ello que es especialmente importante que insistamos en que comprendan los riesgos que se asumen cuando alguien se somete a esta intervención, tanto a corto como a largo plazo.
Por supuesto, su cirujano plástico se habrá encargado de informarle de las posibles complicaciones y le habrá proporcionado un consentimiento informado en el que figuran y que debe leer detenidamente. Sin embargo, nunca está de más insistir en estos riesgos para que el paciente pueda tomar una decisión con toda la información disponible.
Algunos de los riesgos de la cirugía de aumento de pecho:
Hematoma:
Como toda cirugía, existe el riesgo de que se produzca un sangrado en los primeros días tras la intervención. Esto puede deberse a que un vaso previamente coagulado comience a sangrar de forma espontánea o bien por un aumento súbito de tensión. Este es el motivo por el que siempre recomendamos evitar los esfuerzos las primeras semanas tras la cirugía.
Muchas veces, y si se trata de un hematoma pequeño y que no producen alteraciones en la forma de la mama, podemos esperar a que se resuelva. Sin embargo, en los casos de hematomas grandes, que deforman la mama o que continúan sangrando, puede ser necesario intervenir a la paciente de forma urgente.
Infección:
La infección de una prótesis mamaria es muy infrecuente. Usamos técnicas asépticas que minimizan el riesgo de cualquier contaminación del implante. Además, se le administrarán antibióticos para reducir aún más este riesgo.
Aun con todo, en el caso de que se produzca una infección de un implante, se trata de un proceso grave que la gran mayoría de las veces requiere la retirada del implante para su control.
Trastornos de la sensibilidad:
Es bastante habitual que los primeros meses tras la intervención, exista una pérdida de sensibilidad en la mama secundaria a la inflamación. Normalmente estos trastornos de la sensibilidad se suelen responder. Sin embargo, existen ocasiones en los que puede persistir algo de insensibilidad en las zonas de la areola o el pezón. Esto se puede dar especialmente en los casos en los que simultáneamente se eleva la mama o cuando se realiza la incisión en el borde de la areola.
Contractura capsular:
La contractura capsular es una de las complicaciones más comunes asociadas al aumento de pecho. Todas las prótesis que se introducen en el organismo generan la formación de una cápsula fibrosa a su alrededor; esta es la forma que tiene el organismo adaptarse a esta prótesis. El problema viene dado cuando esta cápsula se contractura, deformando la prótesis y endureciéndose.
No se conoce exactamente cuáles son las causas de la contractura capsular, pero existe evidencia de que ciertos factores propios de la técnica pueden aumentar su incidencia. Entre ellos, poner las prótesis por debajo de la glándula y no del músculo o usar implantes lisos, aumentan el riesgo de contractura capsular.
Las contracturas capsulares tienen diversos grados. Las más leves no son apenas perceptibles, pero en los grados más altos, no sólo se deforma la mama, si no que pueden ser dolorosas. En estos casos es necesario una nueva intervención quirúrgica para retirar la cápsula y sustituir la prótesis.
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Rotura de los implantes:
Existen muchos mitos sobre la duración y posible rotura de los implantes mamarios. Hay que tener en cuenta que no son para toda la vida, pero no existe un momento determinado en el que haya que sustituir los implantes si no existe una causa. Un fuerte golpe o el desgaste continuado de los implantes puede producir que se rompan.
Si bien es cierto que los implantes actuales están fabricados con gel cohesivo de silicona y es muy difícil que migre a otras zonas, en el caso de que un implante se rompa, se debe sustituir o retirarlo.
Es importante destacar que una vez se ha formado la cápsula alrededor del implante, muchas veces la silicona queda contenida en su interior y la rotura puede pasar desapercibida. Es por ello que siempre recomendamos a nuestras pacientes que sigan controles anuales de sus implantes mamarios. La ecografía o la resonancia magnética son buenos métodos para evaluar el estado de los implantes mamarios.
Aun con todo esto, ni los implantes caducan y hay que cambiarlos sin causa a los 10 años, ni existe ningún riesgo por montar en avión.
Trastornos linfoproliferativos:
En los últimos años se ha descrito un proceso conocido como linfoma anaplásico de células gigantes que se asocia al uso de diferentes tipos de prótesis. Esta enfermedad es muy rara y se debe a la aparición de células malignas en la cápsula de la prótesis.
Normalmente se manifiesta en forma de un “seroma tardío”, es decir, la aparición de líquido dentro de la cápsula tiempo después de la cirugía. En la mayoría de casos, este proceso se resuelve tras la retirada de los implantes y la cápsula, por lo que el diagnóstico precoz es muy importante.
Por tanto, insistimos de nuevo en la importancia del seguimiento de las pacientes que se han sometido a un aumento de pecho. En el caso de que note cambios en la forma o volumen de una mama con implantes, debe consultar con un especialista.